Álvaro Rodríguez Badel, artista de Bogotá, se enfoca en investigar la representación de la naturaleza a través de procesos computacionales. Su obra nos sumerge en una experiencia donde la fusión de ecosistemas ancestrales y algoritmos cobra un profundo significado.
Durante años, ha experimentado con registros principalmente de la región Amazónica Colombiana, utilizando innumerables fotografías de la flora, grabaciones de video y datos topográficos de la selva. Apasionado por la tecnología, explora la fotogrametría en combinación con técnicas de Inteligencia Artificial para generar modelos tridimensionales. Los resultados son expuestos de diversas maneras, abarcando impresiones en gran formato, videos, experiencias de realidad virtual y objetos impresos en 3D.
“La fotogrametría es una técnica que utiliza imágenes capturadas desde diferentes ángulos para medir objetos, terrenos o estructuras mediante software especializado. Encuentra aplicaciones en diversas áreas, como la industria de videojuegos, topografía, arqueología e ingeniería, lo que permite la creación de mapas, texturas y modelos 3D. El video muestra el proceso de reconstrucción de un frailejón a partir de fotografías, y en la imagen, se exhibe el resultado en impresión 3D.”
Esta obra es una colaboración entre Álvaro y Juan David Figueroa, y se desarrolló en el Parque Nacional Natural Chingaza en 2021. El proyecto propone una mirada del Páramo de Chingaza a través de una técnica que interpreta y traduce el paisaje, generando un diálogo entre lo binario y lo orgánico: expone una interpretación contemporánea de la naturaleza. Estas mediciones con luz, evidencian las formas más detalladas de las piedras, trazan la geografía de la montaña y se pierden ante los huidizos cuerpos de agua.
“El frío, el cansancio, el sol radiante o la lluvia helada que se siente hasta los huesos. La neblina que borra el camino, los frailejones, la laguna, las cascadas, los bosques y las montañas. Los páramos son formaciones rocosas elevadas situadas en el trópico de nuestro planeta ideales para el génesis de la vida. Una mezcla de sol, agua y minerales mantiene en pie a todos los habitantes de Bogotá y sus alrededores.
Estas imágenes buscan expandir las propiedades de la fotografía: profundizar en el estudio de formas, texturas y colores imperceptibles; obtener una representación tridimensional, casi cartográfica de la flora y el paisaje. Estas piezas constituyen una aproximación distinta a la representación de los entornos naturales que nos rodean.”
Álvaro Rodríguez y Juan David Figueroa
En este proyecto, Álvaro nos conduce en un viaje visual a través de la Amazonia brasileña y colombiana, empleando sistemas digitales como herramienta de exploración. La obra se nutre de imágenes capturadas durante sus viajes a estos territorios, donde aún residen comunidades indígenas. A partir de este amplio archivo, crea un espacio que evoca un mundo onírico, tejiendo un sistema de coordenadas tridimensionales donde la posición, dimensiones y colores de los objetos físicos se convierten en datos y algoritmos. Aquí, los elementos de la selva se sumergen en un terreno matemático, donde el software realiza su propia interpretación de la naturaleza.
Desde una perspectiva crítica, la obra no solo explora los aspectos estéticos y filosóficos de los nuevos medios, sino que también profundiza en las complejas dinámicas ambientales y territoriales que caracterizan esta región, desvelando múltiples capas de reflexión.
La investigación de Álvaro causo mucho interés en el ámbito académico y pudo ser parte del programa “Artista en Residencia en Ciencia” (AiSR) en Darmstadt (Alemania), donde se realizan tres residencias de artistas en cooperación con destacados institutos de investigación europeos. En colaboración con Hessian Center for Artificial Intelligence (hessian.AI), estuvieron examinando y teorizando sobre sus imágenes generadas.
Poco antes de su residencia en Darmstadt, viajó al Parque Nacional Chiribiquete en Colombia. Allí, tuvo la oportunidad de fotografiar las pinturas rupestres, varias de las cuales tienen más de 15,000 años de antigüedad y son consideradas parte del patrimonio cultural y natural de la UNESCO. Durante este viaje, también llevó a cabo fotogrametría en las extensas formaciones rocosas conocidas como ‘tepuyes’.”
Luego de la Residencia, Barbara Struif redactó un texto muy potente, del cual compartimos algunos fragmentos:
“Álvaro utiliza la tecnología digital para crear imágenes que podrían interesar a casi cualquier persona, para hacernos pensar nuevamente en la naturaleza y no sólo en nosotros mismos. Sus mundos naturales no son imágenes reales de la naturaleza, ni imitaciones, sino universos artificiales que muestran claramente su impronta en el mundo digital. Irradian una extraña belleza y una sensación de fantasía irreal. Casi como si la magia de la cosmovisión de la población indígena Colombiana se hubiera reflejado en sus imágenes.
Sus obras están moldeadas por la idea de explorar cómo los procesos informáticos lógicos o basados en datos entienden el mundo que nos rodea. La pregunta que plantea es: ¿Cómo la tecnología percibe o representa la naturaleza?
Su estrategia artística persigue un objetivo singular: Visualizar el punto ciego de la IA, confrontándonos con una realidad inevitable. A pesar de nuestro deseo de obtener imágenes nítidas y de alta resolución, siempre nos faltará cierta información, necesitaremos más datos y nuestra percepción de la realidad contendrá siempre puntos ciegos.
El filósofo de los medios Vilém Flusser tenía la esperanza de que las computadoras permitieran diseñar nuevos universos e identidades, explorando así realidades aún por descubrir. Álvaro cumple esta esperanza sin perder de vista a su comunidad.”
Para más información:
Instagram: @rodriguez.badel
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